La niebla de la soledad no deseada

La niebla de la soledad no deseada

La niebla de la soledad no deseada 1335 749 Portal Innova

#HISTORIAS INNOVA

La soledad no deseada se extiende silenciosamente en una sociedad que, aparentemente, está más conectada que nunca. Una sociedad que premia la hiperconexión hace que muchas personas se sientan incapaces y tengan pudor de decir que se sienten solas: “parece que siempre hay que formar parte de algo: de un grupo, de una familia, de una pareja”, comenta Gustavo.

Gustavo vive en Pamplona, tiene 61 años. Hace poco participó en primera persona en el proyecto Filmoteca Humana, un proyecto de cocreación de microdocumentales hechos por personas que sufren soledad no deseada, con sus propios medios y criterios estéticos. El proyecto lo lleva a cabo Bidebitarte Cooperativa. La mirada de Gustavo es la de alguien que atravesó la recuperación de un proceso de adicciones y, después, se encontró con otro tipo de desamparo.

“Durante el proceso de recuperación estás muy acompañado, por tu familia, los terapeutas, todo. Pero cuando te dan el alta… ahí cambia. Te ves solo. En mi caso, no tengo pareja, no tengo a nadie. Y ese cambio, de estar tan arropado a de pronto estar contigo mismo, es duro. Igual no estás completamente solo, pero se siente así. Y eso fue lo que quise contar.”

Gustavo no cuenta las cosas desde el dramatismo, sino desde la sencillez y la humildad de alguien que ha aprendido a mirarse, sin filtros. Me comenta que no le gusta verse en la pantalla, “el resultado está muy bien, el mensaje es potente, no solo el mío, también los de los demás [microdocumentales que forman parte del proyecto Filmoteca Humana]. De hecho, creo que los otros testimonios son más fuertes que el mío. Hay muchas soledades, y no todas son iguales. Pensar que tal vez lo que conté le puede servir a alguien para ver que se puede salir de esa soledad, que se puede estar bien.” Compartir, aparte de ser un acto que nos acerca a los demás, también es un gesto de generosidad.

¿Cuántas veces hemos sentido que no hay nadie al otro lado? Y es que, en estos momentos, descubrimos que la soledad viene de la mano, de la conexión directa con nosotros mismos: “Yo pasé de una soledad no deseada a una soledad aceptada, de estar mal a estar a gusto conmigo mismo. Y te das cuenta de que estar solo no es tan malo. A veces hay que formar parte de uno mismo, simplemente estar bien contigo. Porque realmente, solos del todo no estamos. Siempre hay alguien. Aunque sí, habrá casos. Pero muchas veces es más un sentimiento, no tanto una realidad.”

Estas palabras, que parecen sencillas, destapan valentía y compromiso. Hoy en día, en un mundo lleno de conexiones rápidas y superfluas, no siempre sabemos estar a solos con nosotros mismos y, mucho menos, reconocer la soledad. Quizá lo difícil no es decirlo, sino encontrar oídos dispuestos a escuchar. ¿Sabemos estar a solos con nosotros mismos? ¿Estamos ahí para quién, en voz baja, se atreve a pedirnos unos minutos de compañía?

 

Mia Coll Mariné,
responsable de comunicación del Programa Innova

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